CUENTO EN NOCHEVIEJA
Esto ocurrió el día de Nochevieja:
Ya eran las doce y
media de la noche, y mis primos estaban bastante alborotados, no paraban de
trastear con todo. Parece que ese día le
habían dado más cuerda de la normal. Pues ellos suelen ser más tranquilos,
claro para la edad que tienen.
Entonces se me ocurrió que podía contarles una historia,
pero tenía que ser un relato con lo que
más les gusta a ellos: ¡Los coches!, lo cual no me iba a resultar fácil. Porque
hay que reconocer que inventarse una historia sobre coches no es de los temas
que más me gusten. Pero casi sin pensarlo se me ocurrió esta historia, la cual
me fui inventando sobre la marcha.
La
historia trataba de unos niños que se iban de excursión a una fábrica mágica,
en la que los coches hablaban y se podían montar en ellos para que los llevaran
a dar un paseo, uno de ellos, llamado David (porque es el nombre de uno de mis
primos) se montó en un coche muy bonito que corría mucho y lo llevó a una
autopista muy grande en la que había muchísimos coches. En ese viaje se
encontraron con distintas dificultades, como una carretera cortada… Pero como era un coche mágico, consiguieron superar
todos esos problemas, regresar a la fábrica y después a su casa.
Mis primos no pestañearon
en ningún momento. Lástima que se nos acabó el tiempo y teníamos que volver a casa, mis primos
querían que le contara otra historia en la que el protagonista también fuera un
coche. Yo le expliqué que era tarde y que otro día le contaría otra historia.
Ellos se conformaron y nos despedimos, pero me dijeron que el próximo día me lo
recordarían. Mis tíos me propusieron que cuando quisiera podía ir a
entretenerlos.
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