La matanza de
elefantes africanos para obtener su preciado marfil está diezmando una especie
que ya se encuentra amenazada por el avance de los asentamientos humanos. Las
estimaciones del alcance de la caza furtiva proceden del examen de cadáveres de
elefantes en los lugares sometidos a observación.
En 2011 la caza furtiva
alcanzó su nivel máximo en una década, sobre todo en la región de África
central.
La mayoría de los
países del mundo acordaron prohibir el comercio internacional de marfil en
1989. Aún así, la demanda se ha incrementado en Asia, impulsada por la reciente
prosperidad de China.
El marfil ilegal que es confiscado representa solamente
una fracción del que logra atravesar las fronteras, y el número de grandes
alijos incautados va en aumento, lo que indica que existen grandes
organizaciones de contrabandistas.
Espero que este artículo sea interesante.
Un saludo, Lucía.